La edad del odio
Patricio
Escobar
–¿Por qué?
¿Por qué yo? Nadie entiende en esta familia lo que estoy viviendo. Salen con
sus “yo ya pasé por esa etapa” pero no es cierto. Nadie sabe lo que es vivir
como yo, sin poder hacer nada, siempre me mandan a hacer cosas que no quiero.
¡Odio mi vida! ¡Odio a mi familia! ¡Por qué no puedo tener una vida tranquila!
–dijo la adolescente entrando furibunda a su habitación.
Se tumbó en su cama, cubrió su cabeza con la almohada y se puso a llorar. Al dejar caer su brazo derecho por la orilla de la cama, su mano rozó el interruptor de la lámpara que tenía en el velador.
Se tumbó en su cama, cubrió su cabeza con la almohada y se puso a llorar. Al dejar caer su brazo derecho por la orilla de la cama, su mano rozó el interruptor de la lámpara que tenía en el velador.
–Si tan
solo tuviera explosivos bajo la casa… ¡podría hacer volar todo apretando este
interruptor! (Click)
La casa no voló en pedazos, pero curiosamente un pequeño temblor se dejó
sentir en el instante mismo en que la adolescente presionó el botón. Segundos
más tarde, el hermano mayor de la joven entró corriendo en su habitación.
–¿Lo
sentiste? Los icebergs se están partiendo –dijo el hermano mientras miraba entre
inquieto y feliz por la ventana. Una columna de humo negro indicaba que había un
incendio a lo lejos.
–¡Ándate de
mi pieza! ¡Estai loco! (Click, Click)
–Ay,
hermanita, estai en la edad de odiar todo. Yo ya pasé por ahí.
–¡Agghh! (Click,
Click, Click)
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