jueves, 31 de enero de 2013

Y a la salida no estaba (texto)

Y a la salida no estaba
Patricio Escobar


“What’s on your mind?” Facebook, te contaré lo que hay en mi mente.

Leía cuentos de Poe y Cortázar acostado en el pasto del bandejón central de Pajaritos cuando un perro callejero se acercó. Yo solo tenía la orilla de una empanada que recién había almorzado, así que se la di de comer y el perro, agradecido, se echó a mi lado. Cuando mi espalda se enfrió y mi estómago comenzó a emitir ruidos solicitando alimento, me paré y caminé en dirección a la pieza que arriendo. Noté que el perro decidió seguirme, pero se demoró en cruzar la calle por la cantidad de autos que pasaban a esa hora. Miré las tres veces que lo intentó y que tuvo que devolverse al pasto por los bocinazos de los autos. Lo logró a la cuarta. Pensé que seguir leyendo encerrado en mi pieza sería aburrido y que si compraba algo rápido para comer podría darle un poco a mi ahora can amigo. Caminé hacia el supermercado y el perro me siguió hasta la entrada. Una vez dentro, pesé pan, tomé un sachet de mortadela y uno de queso. Pasé por el pasillo de los productos para perro y compré una lata de comida para perro adulto. Emocionado pasé por la caja imaginando al perro comer el contenido de esa lata, pero al salir del supermercado… el personaje de cuatro patas no estaba. Infructuosamente lo busqué por el sector por varios minutos hasta que me di por vencido y volví al lugar en donde lo vi por primera vez. ¿Moraleja de la historia? No hay. Solo quería decirles que tengo en mi mano un tarro de comida húmeda para perro adulto.

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